El quinto en discordia – Robertson Davies

Hay un aspecto de nuestra vida lectora que muchas veces pasa desapercibido y es -creo yo- de capital importancia: el orden de lectura. No solamente hay que elegir cuidadosamente las novelas a las que dedicamos nuestro tiempo; también debemos considerar qué hemos leído antes y qué vamos a leer después. El, llamémoslo así, contexto lector puede resaltar ciertos matices de las lecturas que hagamos.elquinto

En ese sentido, yo soy voluntariamente desastrosa. Me encanta saltar de género a género y puedo combinar fácilmente un adusto tratado de lingüística con un divertido texto de ciencia-ficción o una novelita negra actual sin muchas pretensiones con un tochaco decimonónico. Y a esto hay que sumar los cambios del inglés al español. Un poco lioso… pero agradablemente confuso. Siempre he admirado a los que pueden empaparse de un género hasta convertirse en expertos en la materia, pero yo no soy de esos lectores. Como si fuera un niño en un zoológico, voy saltando maravillada de un espécimen literario a otro, asombrándome de las diferentes formas que puede tomar la literatura. Y, siguiendo con el símil zoológico… por muy maravillosas que sean las características del armadillo común (por poner) no podría pasarme el día observando armadillos e ignorando a los elefantes, las serpientes, los osos polares y las musarañas.

Este rollo sin sentido viene a que el cambio de Jonathan Strange & Mr. Norrell (en inglés) a El quinto en discordia (en español) fue bastante brusco. Y todo aquello que critiqué en Jonathan Strange (el deseo de la autora de contarlo todo, el desenlace flojo, los personajes repentinamente inconsistentes) ha sido precisamente lo mejor del libro de Davies. Tal vez por eso lo he apreciado aún más. La lectura de esta novela es una delicia; se lee sola. El autor nos dice justo lo que necesita decirnos, ni más ni menos, y el lector es libre de ir sacando sus conclusiones, que pueden o no verse confirmadas al final de la novela (¡y qué final!).

Como toda novela de aprendizaje (qué bonito el término en alemán, Bildungsroman), nos narra la evolución de una serie de personajes a través de sus experiencias vitales. La novedad es que Davies no escoge a un protagonista, escoge al «quinto en discordia», esto es, a un personaje en principio alejado de los principales pero necesario para el desarrollo y desenlace de la acción. El quinto en discordia es por definición un confidente, un adlátere, un testigo silencioso. Concederle la voz narrativa a este secundario me parece un acierto magistral por parte de Davies. El narrador podría haber sido Boy Staunton o incluso Paul Dempster. Davies elige no poner el foco en la tormentosa vida a lo Gatsby de un hombre poderoso hecho a sí mismo (Staunton) o de un (SPOILER) niño humillado reconvertido en mago de fama mundial (Dempster) . Escoge como narrador y protagonista a un aburrido profesor de historia de instituto cuyo mayor logro vital es haberse convertido en un reputado hagiógrafo. En lugar de asistir a la escalada hacia el poder de Staunton o a la vida de fábula de Dempster, las mayores aventuras de Ramsay (excluyendo la guerra) pasan por redactar textos sobre santos y cuidar a una pobre mujer inválida.

Pese a esto (o, mejor dicho, justo por esto) la novela es de una grandísima calidad. Además, no conozco el texto en inglés, pero el español no puede ser más fluido (traducción de Natalia Cervera). Mención aparte merece, como siempre, la gran calidad de las ediciones de  Libros del Asteroide. Excelente calidad del papel, fantástico diseño de portada, especial atención al texto… una joya.

Para acompañar esta novela:

Mi parte favorita de las novelas de aprendizaje son siempre los capítulos dedicados a la infancia. Como es la parte que más he disfrutado del libro, me salto unas cuantas diferencias evidentes (entre ellas, de continente) y recomiendo una película sobre crecer en una pequeña comunidad ultrarreligiosa antes de la primera guerra mundial: La cinta blanca.

A disfrutar. : )

 

3 comentarios en “El quinto en discordia – Robertson Davies

  1. La verdad es que El quinto en discordia me encantó por todo cuanto dices: es un libro maravillosamente fácil de leer, y esa facilidad se la otorga la enorme calidad literaria que tiene el texto. Lo mejor, si cabe, es que tienes por delante otro par de novelas de Davies que leer relacionadas con esta historia. 🙂

    En cuanto al contexto literario, no puedo estar más de acuerdo contigo; por un lado, yo tampoco soy capaz de especializarme en un género y dejar de lado todos los demás, aunque sí es cierto que, en determinados periodos de mi vida de lector, me he volcado más en unos géneros que en otros. Pero me divierte más ese picoteo incesante en los distintos jardines literarios que se nos ofrecen.

    Por otro lado, al hablar del contexto literario y de nuestro «currículum vitae literario», también es cierto que conforme vamos leyendo, aprendiendo y descubriendo por el camino, podemos acercarnos a un libro de distintas formas. Así, uno que nos decepcionó en su día puede encandilarnos si volvemos a él más adelante, bien porque hayamos madurado como lectores, bien porque nuestros gustos hayan derivado hacia su estilo, bien porque ese contexto literario nos permita descubrir cosas que antes no veíamos. También puede ocurrirnos al revés, y un texto que nos pareció la mar de interesante en su día resulta que es un latazo poco original cuando hemos buceado en las fuentes y descubierto otros textos en los que se inspiró, tal vez con poco acierto. Por último, el contexto nos permite descubrir, hilar, tejer una tupida red entre los libros que vamos leyendo, fabricando un andamiaje metaliterario por el que nos podemos mover a nuestro gusto. Es el que hace que sea tan divertido leer y releer a los clásicos, esos libros en los que siempre descubrimos algo nuevo, de los que siempre aprendemos, que nunca se agotan.

    En cualquier caso, lo importante es leer, leer y leer, leer y disfrutar con ello. Y con El quinto en discordia esto se consigue con creces.Ya nos contarás qué tal con los dos que te restan de La trilogía de Deptford.

    Un abrazo.

  2. Me ha encantado la idea de «andamiaje literario». Es verdad, lo que vamos leyendo nos va sirviendo para comprender de cierta forma lo que vamos a leer o «recomprender» lo que ya hemos leído, como si de un andamio metaliterario se tratara. Muy apropiado símil. : D

    Respecto al resto de la trilogía Deptford me resulta muy tentador pero «mi pila» de libros por leer está creciendo espectacularmente estas fechas (día de la madre, aniversarios varios…) y además la maléfica feria del libro ha extendido su influencia hacia mi capital, menoscabándolo grandemente 😛

    ¡Se me acumula en trabajo!

    Como siempre, gracias por comentar. Es un lujo leerte.

    Abrazos

  3. Pingback: A merced de la tempestad – Robertson Davies | Una lectora incorregible

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